miércoles, 27 de mayo de 2009

"Vamos a morir"; "Moriremos juntos"xD

Konnichiwa!!!

Supongo que ya se os ha avisado, pero se está perfilando un viaje a Japón todos juntos fechado (por el momento) para agosto de 2010. Así que ya sabéis, toca ahorrar, porque no va a salir muy barato que digamos. Por otro lado tened en cuenta que si viajamos a la zona de Tokyo vamos a morir de calor, pero "moriremos juntos", tal y como comentó Yukiko el lunes pasado,xDxD. Tocará salir con el abanico!!! ¿Quién se apunta al funeral?

miércoles, 20 de mayo de 2009

EL FENÓMENO OTAKU

Por: Borja García Ruete


En Tokyo, la capital del Japón, es muy habitual que los trenes vayan abarrotados hasta límites insospechados. En sus vagones, y a pesar de la concentración humana en poco espacio, los nipones se entretienen jugueteando con el móvil o con la consola, echando una cabezada o leyendo revistas manga. Es precisamente el comic japonés un arte de suma importancia en el país del sol naciente, y del que se sienten especialmente orgullosos. Lo consumen hombres y mujeres de todas las edades y clases sociales, y su valor no está solamente en el dibujo y en las historias que se narran, sino también en la posibilidad de aprender la cultura a través de sus páginas. Además su popularidad ha traspasado las fronteras japonesas para abrazar nuevos destinos, entre ellos España.

El origen del manga se remonta a los siglos XI y XII, cuando Toba no Sōjō–sacerdote budista y dibujante- creó unas caricaturas de animales conocidas como Chōjugiga. Unos siglos más tarde, concretamente a partir del XVII aparecieron los Ukiyo-e, una serie de grabados en madera que representaban escenas cotidianas como la vida en la ciudad, el teatro, paisajes, actores de moda del momento e incluso a bellas cortesanas en sus casas de placer. Esta disciplina artística evolucionó a lo largo del Periodo Edo (1603-1867), en el cual comenzaron a perfilarse los primeros esbozos del manga con la aplicación de elementos narrativos como la historia, el erotismo, la comedia o la crítica social. A partir de ese momento se inició un largo y paulatino recorrido que desembocó en el nacimiento del manga moderno, cuyo precursor es considerado actualmente el padre e incluso el dios del manga (manga no kamisama), Osamu Tezuka.



El comic japonés dio el salto a Europa y a Estados Unidos en la década de los 70 y más masivamente en los años 80 y 90. Lo hizo con series anime (dibujos animados, regularmente adaptaciones de su versión en viñetas) de gran calado como Heidi, Marco, Caballeros del Zodiaco, Sailor Moon, Oliver y Benji, Chicho Terremoto y sobre todo Dragon Ball, de Akira Toriyama. Probablemente la pasión española por el tebeo oriental hunde sus raíces en estas sagas, ya que tal y como apunta el lector de manga y estudiante de ilustración David de Lamo, “la gente ha crecido con esas series” y por eso el manga “se ha quedado arraigado en nuestra sociedad”. De esa manera, se ha ido consolidando a lo largo de todos estos años, posibilitando la traducción y publicación de cada vez más obras en nuestro país.

Las editoriales japonesas suelen presentar los trabajos en diversas revistas semanales, como por ejemplo Shounen Jump o Shounen Magazine, que son publicaciones con mucho contenido, ya que recogen varios capítulos de diferentes autores. Su precio es bastante económico, se venden por alrededor de 200 yenes, que equivale a menos de 2 euros al cambio. Además del formato revista, cuando pasa un tiempo las historias se recopilan en volúmenes. En el caso de España no existen las publicaciones semanales y por lo tanto se comercializan los tomos en las librerías. El mayor problema no es el formato, sino el precio, que no está al alcance de todos los bolsillos; cada volumen cuesta unos 7 euros, y teniendo en cuenta que hay muchas obras que rebasan los 30 tomos, si se realiza el cálculo los números se disparan bastante. Aun así para David de Lamo se trata de un precio bien ajustado, porque “es un tomo considerablemente grueso” y “se hace una impresión en varias tintas, lo que encarece el producto”. A esto hay que unirle “los costes de distribución y traducción”, además de la necesaria adquisición de los derechos por parte de las editoriales.

Como prueba del éxito que están cosechando los manga y los anime en España, se han puesto en funcionamiento numerosas asociaciones a las que acude gente para compartir su afición y, porque no, para hacer nuevas amistades. En el País Vasco, destaca la Asociación Motsukora, que anualmente, por Semana Santa, organiza unas interesantes jornadas de manga/anime en Barakaldo; en ellas se proyectan filmes, se organizan diversas actividades y naturalmente, se lee y dibuja mucho manga. En Guipúzcoa está la Asociación Marugame: En su sede central, ubicada en los locales del Txuri Urdin, que abre sus puertas los sábados, su presidenta está agachada, embutida en una bata blanca y con las manos embadurnadas de pintura. Sobre sus pies hay un dibujo trazado a lápiz con la figura de Totoro, uno de los célebres personajes del gran Hayao Mizayaki y del estudio Ghibli, autores de películas de animación como El Viaje de Chihiro, La Princesa Mononoke o La Tumba de las Luciérnagas:

Haizea Gómez combina sus estudios de ilustración con la presidencia de Marugame. Tiene los dedos y sus palmas manchados porque está dando color al dibujo “todavía incompleto” que ella misma ha pintado. Hoy el local está inusitadamente vacío, apenas unas cinco personas charlando animadamente alrededor de una mesa repleta de ordenadores portátiles. Suena música, una melodía j-pop con una suave voz fenemina que inunda toda la estancia.La Asociación Marugame nació en 2005, y su nombre no se debe exactamente a la ciudad japonesa (que dicho sea, está hermanada con San Sebastián), sino que se ideó por el significado de la combinación de ambas palabras: “Maru” se traduce como círculo y “game” como tortuga. No en vano, la mascota de la asociación “es una tortuga que se llama txibimaru” (del japonés, tortuga pequeña). El objetivo que se marca el colectivo es el de expandir el conocimiento sobre este arte japonés, pero su intención es ir más allá e intentar dar a conocer los entresijos de la cultura nipona, no sólo desde el punto artístico, sino también desde las costumbres o el idioma y su compleja escritura.

Para la consecución de estos fines Marugame cuenta con la ayuda inestimable de sus socios, que con la cuota que pagan, “son los que subvencionan y hacen posible la subsistencia de la asociación”. Por desgracia, por el momento no perciben ningún tipo de dinero del Ayuntamiento o de otras administraciones públicas, pero sin embargo si “ceden el local sin costo alguno”. Los socios, por su contribución, tienen diversas ventajas, como “la biblioteca exclusiva con más de 300 tomos de manga, explica Haizea Gómez, las actividades con descuento y una zona en el foro donde pueden discutir con los demás miembros y con la junta directiva las decisiones ejecutivas y las sugerencias que se plantean”. Como novedad, el pasado mes de noviembre se organizó el viaje al Salón de Manga y Anime de Barcelona, que es sin duda el centro de reunión y el más importante evento nacional sobre los tebeos japoneses. Es el lugar donde todas las editoriales presentan sus novedades, enseñan su artillería para los próximos meses y promocionan sus productos. Además, es el escenario donde confluyen miles de fans, muchos de ellos disfrazados de sus personajes favoritos (fenómeno Cosplay). El éxito del manga en España es un hecho palpable, pero sobre todo triunfa el género shonen (teóricamente para jóvenes varones); obras como Naruto, Bleach, Dragon Ball o One Piece, que se caracterizan por seguir un patrón en el que un héroe lucha contra el mal. Además, tal y como apunta Nagore Gorostidi, también de la directiva de Marugame, “generalmente son muy comerciales”. Curiosamente, “las mujeres también leen mucho este tipo de manga”. Lo mismo pasa con el género Shojo, que está orientado a las mujeres y que cada vez más hombres consumen. Esta modalidad, acostumbra a retratar las aventuras y desventuras en el amor, generalmente con un personaje femenino como protagonista de la historia.

La irrupción del manga y el anime ha propiciado la aparición de términos propios de Japón, como por ejemplo Otaku, que se emplea para definir a la persona que le gusta el manga. Sin embargo el significado que se le ha dado aquí difiere bastante de la concepción original de la palabra. En Japón un Otaku es en efecto la persona que disfruta del manga, pero tiene connotaciones negativas porque estas personas son cerradas y poco sociables, y se pasan el día entre las cuatro paredes de sus casas mientras leen, comen y juegan a videojuegos. Para Nagore Gorostidi hay un problema terminológico; junto con el vocablo Otaku, ha surgido también la palabra “friki”, que dentro de este mundillo tiene un significado similar, pero fuera de él también tiene un tinte negro. Por ello, de cara a Marugame, argumenta que le gustaría que se “trabajara la imagen de la asociación olvidando un poco ese culto al “friki”, moldeando una nueva visión que los contemplara como una asociación cultural”. Ese batiburrillo de vocablos ha creado una imagen diluida de la persona japonesa, cuyo prototipo es el del videojugador empedernido que lee manga compulsivamente. Yosuke Nakamura, natural del barrio Tokyota de Ookayama, fue estudiante de español en San Sebastián y ahora se ha desplazado a Madrid para trabajar. No le gustan los tópicos y es contundente al respecto:
“Japón es manga, pero mucho más. Los japoneses, también”.

viernes, 8 de mayo de 2009

TEAM NOKEN: Objetivo, aprobar el examen [PARTE 1]

Konnichiwa minnasan!

Como muchos sabéis, el pasado verano se hizo un curso "intensivo" para preparar el examen oficial de japonés, nivel elemental (Noken 4). Por aquellos días pocos pensábamos que íbamos a dar el paso definitivo...pero lo dimos. Como estábamos todavía muy verdes, y hablo de septiembre (diciembre era la fecha clave) Yukiko nos anunció que se iban a dar unas clases específicas para el exámen. Bajo la batuta de Clara sensei, todos los sábados nos tirábamos cerca de tres horas dándole muy duro. Y es que las clases de Clara fueron un refuerzo muy importante, porque en muy poco tiempo tuvimos que dar muchas cosas de gramática que no habíamos visto nunca. Creo que gran parte del buen resultado que obtuvimos se debió precisamente a esas clases.



Según se acercaba la fecha, el que escribe (Borja,xD) se iba poniendo más y más nervioso. Pero los días llegaron y con ellos nuestro viaje a Madrid. Algunos fueron en coche (Yukiko, Santi...), otros en tren (Clara, Asier, Javi...), "Los tres fantásticos" (¿hace falta nombrar a los integrantes?) se conformaron con la lentitud del bus, mientras que el privilegiado de Iñigo sacó su aire cosmopolita y voló alto...en avión. La llegada no fue igual para todos, todo hay que decirlo. Nadie tuvo problemas para encontrar el hotel, o eso es lo que me gustaría decir a mi en esta entrada...pero no puedo. Hay que reconocerlo, no fuimos capaces de toparnos con él a pesar de ir provistos de un mapa en la PSP que Pablo guardaba con sumo celo. Con ese panorama de por medio, cargando con todas las maletas (que pesaban las jodidas) dimos vueltas y vueltas por senderos inusitados sin darnos cuenta de que teníamos el hotel delante de nuestras narices.

Pasado el mal trago de no hallar el destino y al encontrarnos parcialmente muertos de inanición, aun nos tocó andar un poco más para poder comer. Claro que en un día de puente, en una zona tan apartada de Madrid no nos lo iba a poner fácil. En cualquier caso, aquella tarde tuvimos una última clase de repaso dentro de una habitación del hotel, que obviamente estaba a rebosar. Una imagen (dos y un vídeo) vale más que mil palabras:









A la noche cenamos en el Kampai, un restaurante japonés muy bueno (y nada barato) donde nos inflamos a base de bien, y eso que al día siguiente teníamos el examen. Llegamos relativamente tarde, pero eso no evitó que Santi se quedará un tiempo en vela dando un último repaso. Aplicado ¿eh?